Ante las consecuencias desastrosas que han tenido los intentos de “modernizar” África, no se puede persistir en los mismos errores: es necesario idear un nuevo tipo de Estado adaptado al contexto y a los valores africanos.

El diagnóstico que se ha hecho hasta ahora de lo que el continente necesita ha sido erróneo, y también erróneas las “recetas” usadas para su modernización. En palabras de Mbuyi Kabunda, «hay que crear un “Estado con raíces”, un “Estado humanamente cerrado” que se base en el ser humano, que recupere y potencie los elementos locales a la vez que aúna lo tradicional con lo moderno, y que potencie una democracia reivindicativa, acercando el Estado a sus beneficiarios a través de la “deconcentración”. El “Estado sin raíces” no tiene el apoyo de la población, el apoyo interno que necesita para sustentarse; solo cuenta con el apoyo y reconocimiento externo: el Estado y la Nación están confrontadas. Es lo que se llama «dialéctica de doble legitimidad»»