En torno a la utilización de la dualidad de un centro-periferia en los procesos económicos se abordaron en la sesión de Mbuyi Kabunda las desigualdades sociales y económicas del mundo que quedó dividido en el Siglo XXI en países del Norte y países del Sur (estos últimos denominados con anterioridad “países incivilizados”, “naciones proletarias” o “tercer mundo”).

La cooperación Sur-Sur, gestada en la década de los 50 y los 60 para complementar la ya existente a nivel Norte-Sur, plantea una relación horizontal entre los países.

Su consolidación encontró diferentes problemas en los 80 y 90 como consecuencia de la crisis de la deuda, el fin de la Guerra Fría, las políticas ofensivas neoliberales y el avance de la globalización. Posteriormente se han puesto de manifiesto puntos flacos importantes de este tipo de cooperación que vienen dadas por las mismas debilidades de los Estados, la existencia de frágiles flujos comerciales, rivalidades y divergencias en cuanto a intereses, la dependencia de las exportaciones, la extroversión de las economías y la existencia de conflictos internos y entre algunos de los Estados.

La cooperación Sur-Sur tiene por delante numerosos retos que deberá resolver.